Lenteja pardina ecológica - 1 kg

Código de producto: 929

Descripción
Opiniones

Que si la proteína vegetal, que si el hierro, que si con arroz, que si dos veces por semana. Pues a todo que sí, porque las lentejas, además de todas las cualidades nutricionales ya sabidas, arreglan un platazo con apenas echarlas a la olla “con cosas”.

Las pardinas, que toman el nombre de su color, son de tamaño pequeño y, por su consistencia suave y algo harinosa, son perfectas para los platos de cuchara, porque consiguen un caldo consistente e integran perfectamente los sabores que las acompañan, ya sea viudas –menudo nombre triste, con lo bien que se autogestionan los vegetales sin necesidad de compañía cárnica– o con sus “sacramentos”.

Liturgias aparte, estas lentejas son de producción ecológica y para cocinarse no necesitan remojo previo, aunque tampoco lo desprecian. La cocción de esta legumbre comienza en frío y debe hacerse a fuego suave, procurando que no quede sin agua y poniendo atención a partir de la media hora (10-12 minutos en olla rápida): nos gustan espesas, no paposas.

Riman con Nochevieja

Aunque por estos lares tengan fama de comida humilde, en Italia y todos los países latinoamericanos a los que llegó su emigración, las lentejas son el menú tradicional para recibir el año nuevo, guisadas sin demasiada parafernalia.

Pero con cuatro ideas sencillas podemos sacarlas de su “zona de confort”: hervidas en su punto y escurridas, en ensalada, con una vinagreta de mostaza-miel (o de lo que más nos seduzca), y acompañada de manzana, piparras o boniato; en crema, cocinadas con tomillo y tomate, con una cucharada de arroz para aportar textura; en paté, para dar un poco de respiro al hummus de garbanzos, aderezadas con polvo de curry o pimentón ahumado, o al horno, gratinadas con puré de patata, en una suerte de pastel algo viejuno.

Será por lo bien que les sienta el laurel que siempre son un plato laureado.